lunes, 2 de julio de 2012

1984

1984 Km.
Esa es la razón de todo y de nada. 
Te echo de menos, porque sé que nunca más volveré a verte, nunca volveré a besarte ni a reírme contigo cuando no sabía hablar tu idioma. 
A veces, y solamente a veces, miro al cielo y sonrío, porque se que tu también lo estas mirando, es  exactamente el mismo.
Pero no puedo estar contigo. Lo sabes. A veces las cosas son demasiado complicadas, y aunque ames a alguien con todas tus fuerzas no puedes estar con él. Es lo que hay. Lo único que te queda es olvidarte e intentar pensar en otras cosas. Cosas como... dinosaurios azules.
No hay que estar triste eternamente, hay que resurgir, salir de ese pozo al que el amor te arrastra bruscamente, como una violación del alma. Pero no puedes caer. Debes agarrarte a un saliente. Ese saliente que te da razones para sonreír. Amigos, familia, tus hobbies, el sol, mira por la ventana, llueva o nieve, haga frío o calor y sonríe, porque aunque el mundo te esté agarrando los pies, tu puedes salir, echarle el cuerno y escapar corriendo y riéndote hacia la libertad.



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